Pocos padres piensan que cuando se planean
vacaciones es necesario prever todo lo relativo a la salud, para que el periodo
de descanso sea relajante y divertido
La salud no se va de vacaciones, prevenir alguna enfermedad o lesión forma parte de preparar un itinerario de viaje, un campamento, realizar actividades al aire libre o en casa. Durante esta época es importante preparar un botiquín de emergencias para llevar junto al equipaje.
Con respecto al sol
y al calor del verano los pediatras destacan que las altas
temperaturas, que se registran en el verano pueden afectar el sistema de
regulación del cuerpo de los chiquitos y producirles agotamiento
caracterizado por debilidad, náuseas, mareos y calambres, es vital darles a
tomar líquidos en abundancia, sobretodo agua, evitar las bebidas con
cafeína o muy azucaradas y darles de comer grandes cantidades de frutas y
vegetales.
El sol es un tema complicado para algunos padres. Es beneficioso y necesario que los niños se expongan al sol porque estimula la síntesis de vitamina D, favorece la circulación sanguínea
y actúa en el tratamiento de algunos problemas de la piel. Pero es importante saber dónde está el límite, la piel de los niños es más delicada que la de un adulto y una sobreexposición puede ocasionarles problemas de salud y patologías en la piel. La protección solar en niños es clave cada verano.
Para proteger su piel algunos de los consejos a seguir son:
- Una protección de SPF 15 es siempre bienvenida para una piel infantil.
-El nivel de protección varía dependiendo de las características personales de cada niño.
- Hay horas en las que la exposición al sol debe ser evitada
-Los foto protectores se han de aplicar unos 30 minutos antes de salir de casa
- Usar todo tipo de sombreritos, gafas y gorros.
-aplicar cremas calmantes después de la exposición al sol.
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